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EVOLUCIÓN DE LA MEDICINA

PASADO

 Al principio de la civilización, 4000 años a.C. la medicina Mesopotámica estaba basada en la magia contra los espíritus malignos de los que el hombre tenía que ser protegido mediante conjuros para exorcizar al demonio y sacarlo fuera del cuerpo. Por esos tiempos se consideraba el mundo lleno de malos espíritus que atacaban a los mortales. Las enfermedades eran por tanto debidas a un demonio que había penetrado en el cuerpo del paciente y la forma más fácil de curarla era obligar al demonio a marcharse. Para eso eran los conjuros de los magos y en los papiros hay descripciones muy detalladas de estos. Incluso hoy, 6 mil años después, grupos religiosos incluyendo católicos practican aún estos supersticiosos conjuros.

Por esa misma época la Medicina Egipcia era ante todo mágico religiosa y los que trataban a los enfermos eran sacerdotes entre los que estaban adivinos, que interpretaban los augurios y predecían el curso de las enfermedades. Posteriormente los egipcios superaron la magia y aparecieron los médicos sacerdotes, quienes comenzaron a dar medicamentos como el yodo para tratar los bocios, laxantes, eméticos y a hacer operaciones. Las primeras trepanaciones de cráneo con evidencias de que algunos pacientes sobrevivieron fueron realizadas por ellos.


Hipócrates: El inicio de la medicina científica se centra en la aparición en Grecia de una figura histórica excepcional símbolo del médico ideal, Hipócrates. Él creo un método de aprendizaje en medicina consistente en apoyarse en la experiencia, observando cuidadosamente al paciente, interrogándolo, conociendo sus costumbres y la forma como éstas habían repercutido en su salud y explorándolo cuidadosamente. Fue el primero en analizar los errores como la mejor forma de aprender y adquirir experiencia en el diagnóstico de las enfermedades. Mostró que algunas enfermedades se asocian a condiciones climáticas y de ambiente, como eran las fiebres maláricas. Describió además las epidemias de gripe o influenza, el cuadro clínico de la tisis (tuberculosis), la disentería, la septicemia, la epilepsia y algunos cánceres como el de la mama, útero, estómago e hígado.

Él sostenía que no puede haber nada más noble y más importante que proteger la salud o atender la enfermedad del ser humano, ya que éste es la figura central de la historia y el fin de la misma. La medicina moderna con toda su tecnología nos ha mostrado lo acertado que estaba Hipócrates con sus afirmaciones. En muchos sentidos la conservación de la salud fue en realidad la base de su medicina, él analizaba con cuidado los problemas de la higiene individual y del ambiente y la forma como influían en la salud de la población. Gracias a él, aunque solo siglos después, se ha aceptado plenamente su concepto de que el médico no solo debe curar, sino también aprender a evitar que las personas se enfermen. Los estudios del genoma humano han mostrado que no existen dos personas iguales, por eso cada uno de nosotros reacciona en forma diferente ante la enfermedad. Éste sabio médico insistía en que no existen enfermedades sino enfermos, algo que ahora aceptamos como una realidad. Hipócrates nos mostró que había que evitar la magia y las especulaciones religiosas y que el razonamiento era la base para lograr curar a los enfermos.

La importancia de la aparición de este médico radica en que se paró la practica de la medicina de la magia e incluso de las especulaciones de la filosofía. Por eso ha sido considerado el padre de la medicina. En el tratamiento de los enfermos él creía en la importancia de ayudar a la naturaleza para que el organismo se recuperara. En su libro sobre la enfermedad sagrada conocida luego de él como epilepsia, él ridiculiza el supuesto origen divino de ella y la idea de que las enfermedades son causadas por dioses o demonios, algo que algunas religiones sostienen en la actualidad. Opinaba que la causa de la epilepsia se originaba en el cerebro, y no se equivocó con su diagnóstico hace 2.400 años.

El decía "el hombre debe saber que solo del cerebro proceden la alegría y las penas. Y es gracias a él que adquirimos conocimientos y sabiduría, vemos, oímos, y conocemos lo que es malo y bueno. Por el mismo órgano nos volvemos locos y de él proceden los sueños". Hipócrates no fue el autor del Juramento hipocrático, aunque lo inspiró, y tampoco el autor de la mayoría de los 70 libros del llamado "corpus hipocraticum" escrito por alumnos de su escuela de Cos.
En el año 300 a.C en la escuela médica de Alejandría, surgió el fundador de la anatomía, el griego "Herófilo". Este médico fue el primero en hacer disecciones de cadáveres en público. Reconoció el cerebro como sede de la inteligencia al igual que lo había señalado Hipócrates y en contra del criterio de Aristóteles que lo ponía en el corazón. Asoció a  los nervios la sensibilidad y los movimientos y diferenció las arterias de las venas. En esa misma escuela y por el mismo tiempo "Erasistrato" se convirtió en el primer anatomista fisiólogo. Señalaba que el aire entraba por los pulmones y de ahí pasaba al corazón, en el cual se transformaba en un"pneuma" espíritu vital y de ahí era conducido por las arterias a todo el cuerpo incluyendo el cerebro. Relató que las circunvoluciones cerebrales eran más complejas en el hombre que en los animales y asoció esto a la mayor inteligencia humana. Describió los ventrículos y las meninges y el cerebelo.
No quisiera dejar pasar la oportunidad sin señalar el hecho de que, por el año 300.a.C. el historiador Tucidides en su descripción de la plaga de Atenas, señalaba por primera vez, el contagio de una enfermedad de persona a persona y describía que la infección era tan contagiosa que ni los médicos se salvaban de ella.

A partir del año 150. d.C. surgió la figura del griego Galeno de la ciudad de Pergamo, quién seguía la escuela hipocrática y sus enseñanzas predominaron por siglos. Al parecer había hecho algunas pocas disecciones de cadáveres y conocía bien los huesos y los músculos y era el mejor fisiólogo de su época. Lamentablemente debido a su mal genio y egolatría no tuvo alumnos y no fundó ninguna escuela. Posteriormente, el desarrollo del conocimiento médico entró en decadencia desde el año 300 d.C al 1300 debido a que la iglesia eliminó la lectura pagana de los textos griegos y la enseñanza de la medicina solamente se llegó a realizar en los monasterios. La medicina monástica pensaba únicamente en la curación del paciente con ayuda de Dios y por eso decayeron los saberes teóricos y se detuvo el conocimiento de la anatomía y fisiología. La disección de cadáveres fue prohibida por siglos.



PRESENTE
Es evidente que la medicina actual tiene progresos indiscutibles: se han erradicado algunas enfermedades, se ha logrado establecer el tratamiento de otras que antes se consideraban incurables, se ha podido mantener la salud y controlar padecimientos crónicos, así como mejorar la calidad de vida de cientos de miles de seres humanos. Los estudios más profundos de algunas enfermedades han permitido conocerlas mejor y establecer medidas para prevenirlas; los recursos tecnológicos modernos para el diagnóstico y tratamiento son muchos más que los que el médico tenía hace 50 años. El resultado es que ha aumentado el promedio de vida, que en nuestro país hace 100 años estaba en alrededor de la cuarta década de la vida, y hoy se encuentra alrededor de la séptima década. La esperanza de vida al nacer también ha aumentado en forma considerable. La medicina preventiva ha logrado que disminuya notablemente la mortalidad materna y la infantil. 

Estos logros se deben a diversos factores: un mejor conocimiento de la historia natural de las enfermedades, la aplicación de grandes adelantos científicos en ciencias básicas como la bioquímica, la biología molecular, la farmacología y la genética... Ha habido increíbles progresos en la tecnología médica para el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades, y aunque limitados aún, se ha avanzado respecto a los recursos de medicina preventiva y de educación para la salud.

En las regiones donde existen buenas condiciones socioeconómicas, es evidente que éstas son, sin duda, un factor en la mejoría de la salud de sus habitantes, pero aún si consideramos que en nuestro país hay grandes áreas donde aún es lacerante la pobreza, los adelantos de la medicina actual han mejorado los índices de morbilidad y mortalidad en estos lugares. Es evidente que el resultado de los cambios en la medicina de las últimas décadas es muy positivo. 


FUTURO
Ya vimos que han sido innumerables los éxitos alcanzados a través de los siglos por la medicina para proteger la salud o curar la enfermedad. En los últimos 40 años los avances en el diagnóstico han sido muy grandes al disponerse de nuevas técnicas endoscópicas y arteriográficas para ver lesiones en diversas partes del cuerpo, además de la aparición de la radiología no invasiva como el ultrasonido, la tomografía y la resonancia magnética. En cirugía, los progresos en todos los campos han sido espectaculares en especial en la cardíaca, así como en los transplantes, la cirugía la paroscópica y la aparición de la cirugía robótica (a distancia) para los próximos años.

Uno de los grandes triunfos de la medicina se dio cuando por serendipia o un accidente feliz, Sir Alexander Fleming, en 1929, descubrió el hongo que producía la penicilina y que destruía numerosas bacterias gracias a lo cual se salvaron millones de vidas durante 30 años. Para algunos, su uso indiscriminado en personas y animales permitió la aparición de resistencias bacterianas. Para otros, sólo se han cumplido los postulados de la Teoría de la evolución que señala que la aparición de mutaciones en los génes desde la más remota antigüedad al presente, es un hecho natural y forma parte del proceso de adaptación para sobrevivir de todos los seres vivos en la naturaleza. La resistencia a los antibióticos de las bacterias son de dos tipos: la natural, grupos de bacterias nacen siendo resistente a determinados antibióticos, y la adquirida. Al principio sensibles las bacterias se vuelven resistentes por mutaciones espontáneas o por intercambio de fragmentos de ADN transferidos de un germen resistente a otro sensible.

Lo que preocupa, es que las mutaciones que dan resistencia a las bacterias y virus, están sucediendo más rápidamente que la capacidad que tiene el organismo y sus mecanismos inmunológicos defensivos para hacerles frente, o que la ciencia tiene para descubrir antídotos. De hecho en los últimos 30 años no se han producido nuevos antibióticos sino variantes de los mismos. No es sino hasta hace pocos meses que en Estados Unidos se están probando dos nuevos contra el estafilococo y el enterococo llamados linezolyl y daptomycin. Las resistencia de los estafilococos estreptocos y del bacilo de la tuberculosos son el mejor ejemplo de esto.

*Juan Jaramillo Antillón
Acta Médica Costarricense

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