ÉTICA

En la práctica médica, sin importar la especialidad o el contexto, algunas preguntas tienen respuestas
mucho más fáciles que otras. Tratar una simple fractura o suturar una simple herida no representan un mayor desafío para el médico acostumbrado a realizar estos procedimientos. Por otro lado, puede haber una gran inseguridad o desacuerdo sobre cómo tratar algunas enfermedades, incluso las comunes como la tuberculosis y la hipertensión. De igual modo, las interrogantes éticas en medicina no tienen el mismo grado de desafío. Algunas tienen respuestas fáciles, principalmente porque existe un consenso bien desarrollado sobre la manera correcta de reaccionar ante una situación (por ejemplo, el médico siempre debe pedir el consentimiento del paciente para tomar parte en una investigación). Otras son mucho más difíciles, en especial las que no han logrado un consenso o cuando todas las alternativas tienen desventajas (por ejemplo, el racionamiento de recursos de salud escasos).
Entonces, ¿qué es exactamente la ética y cómo ayuda al médico a responder estas interrogantes? Dicho de manera simple, la ética es el estudio de la moralidad – una relexión y análisis cuidadosas y sistemáticas de las decisiones y comportamiento morales, sean pasados, presentes o futuros. La moralidad es la dimensión valórica de la toma de decisiones y del comportamiento. El lenguaje de la moralidad incluye substantivos como “derechos”, “responsabilidades” y “virtudes” y adjetivos como “bueno” y “malo”, “correcto” y “equivocado”, “justo” e “injusto”. De acuerdo a estas definiciones, la ética es principalmente una cuestión de saber, mientras que la moralidad es hacer. Su estrecha relación consiste en la preocupación de la ética por entregar criterios racionales para que la gente decida o se comporte de cierta manera, en vez de otra.
Como la ética aborda todos los aspectos del comportamiento humano y de la toma de decisiones, es un tema de estudio muy extenso y complejo con muchas ramas y subdivisiones. Este Manual se centra en la ética médica, la rama de la ética que aborda los temas morales de la práctica médica. La ética médica está relacionada estrechamente con la bioética (ética biomédica), pero no es idéntica. Puesto que la ética médica trata fundamentalmente problemas planteados por la práctica de la medicina, la bioética es un tema muy amplio que aborda los problemas morales derivados de los avances en las ciencias biológicas de manera más general.
*Manual de Ética Médica
Asociación Médica Mundial
SERVICIO
Pero enfocándonos en aspectos menos tangibles, es decir, difíciles de asimilar ante algunos de los sentidos más utilizados como la vista y el tacto; nos encontramos con un reto aún mayor. Entonces, ¿cómo se le puede dar valor a algo que pareciera que no lo tiene sino hasta el momento que deja de percibirse? Si bien, la mayoría de los seres humanos (si no es que todos) deseamos mantener un estado de salud adecuado, nuestros hábitos y comportamientos muy comúnmente van en contra de la meta que se quiere lograr, se ve la visita médica como un mero requisito más que un “servicio” adecuado para nosotros.
Posiblemente, uno de los mayores retos para cambiar este tipo de pensamiento, es el hábito tan arraigado que se encuentra culturalmente establecido en nuestra sociedad que cita algo como “cuando Dios no quiere, el médico no puede” y se dejan a suerte (u otros factores subjetivos) muchas de las circunstancias del cuidado personal.
*Adán Sánchez
RELACIÓN MÉDICO-PACIENTE
El médico debe saber lo que hace, cómo lo hace y hacerlo siempre con amor.
-Paracelso
Hoy día, el médico presta más atención a la información de su computadora, que a los ojos llenos de ansiedad de su angustiado paciente.
-Anónimo

Con el avance de la ciencia y tecnología el acto médico empieza a depender en gran parte del uso de métodos más eficaces de diagnóstico y tratamiento y parecería que la presencia curadora del médico deja de tener importancia. “Apenas llegó usted y me sentí mejor” era una frase que escucharon los médicos de antaño, aquellos que atendían en su consultorio o en casa del paciente. ¿Es válida la preocupación porque se esté perdiendo esta relación? ¿Son los grandes adelantos de la ciencia y tecnología aplicadas a la medicina suficientes para curar? ...Creo que hay datos para afirmar lo contrario.
Basta señalar, que en la época del médico que atendía con pocos recursos no había demandas por mala atención. Las demandas se deben en gran parte a la pérdida de esta relación, que se basaba en la gran confianza de los pacientes en la medicina y en los médicos. Las demandas son la negación de la relación médico-paciente ¿Por qué? Porque hay elementos interruptores de esta relación. No son elementos interruptores el avance en ciencia y tecnología. Si lo es la organización distinta de la medicina que tiene que ver con lo compleja que se ha vuelto a la luz de estos avances. Ahora bien, el elemento fundamental para una buena relación es la confianza, y este primer paso lo iniciaba el paciente al escoger a su médico para confiarle su bien más preciado: su salud. El paciente contaba con que su enfermedad y algunos aspectos de ella permanecerían sólo en el conocimiento de él y de su médico. El médico dependía en un grado mucho mayor que ahora de su habilidad para acercarse al paciente, el diagnóstico se establecía con los datos que éste proporcionaba y en los signos de enfermedad que pudiera recoger por su exploración.
Los análisis y pruebas de gabinete se solicitaban para corroborar diagnósticos o para ratificarlos. Debemos aceptar que en la medicina actual sea institucional o privada hay elementos que no estimulan la confianza. En la relación médico-paciente, el médico debe estar consciente de que el paciente no tiene dañado solo un órgano, sino que enferma de manera integral. Por ello, debemos reflexionar que el enfermar conduce a sufrir. En ocasiones se padece mucho más de lo que se está enfermo y no debe olvidarse que cuando un paciente enferma de algo grave, enferma con él la familia. Por todo ello no es vano recordar aquella vieja conseja médica que señala: “El médico pocas veces cura, algunas sana, pero siempre debe consolar”.
*Víctor Manuel Arrubarrena Aragón
Cirujano General
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